A pesar de que lo más destacado del museo son: la sala Robert Barclay/Margaret Barclay Goldsbury de Arte Colonial (con numerosas y notables piezas, la mayor parte mexicanas) y la sala Robert Winn de arte popular, no carecen de interés: las salas de artistas modernos y contemporáneos americanos, y las secciones moderna y contemporánea de arte latinoamericano (a pesar de que brillan por su ausencia piezas fuera de la convención del objeto escultórico y pictórico como los no-objetualismos).
En una ciudad donde el 50% de la población habla español, es imprescindible entender a lo latino como parte no desplazable de la cultura americana, y aunque el museo pone un acento en el arte latinoamericano, es obvio sus políticas consideran a 'el caso latino' como algo ajeno ( el folleto bilingue dice: "es nuestro deseo que el Centro contribuya a un mayor entendimiento del arte, la historia, literatura, religión y cultura de nuestros vecinos latinoamericanos.")
Baste ver el fenómeno de los artistas texanos de diversas generaciones acomodados en la última sala de arte americano. En las piezas de aquellos nacidos entre los cuarenta y los sesenta, abundan los temas ligados al fenómeno de la migración entre México y los Estados Unidos. Mientras James Brake y Terry Allen muestran un textil llamado "Poison-Amor", divido en dos por las palabras: la frontera, con diversos símbolos de muerte y vida, Jessie Treviño pinta un retrato hiperrealista en colores suaves de la señora Dolores Treviño recogiendo ropa del tendedero.
Otros tantos insertan elementos pop a contextos culturales referentes a la vida cotidiana, y a los problemas de identidad y aceptación de la minoría mexicana en el territorio del norte. César Martínez (homónimo del artista mexicano) realiza una pintura titulada "Bato con High School jacket" y Marilyn Lanfear forja en frío y repuja un hupil en metal, mientras Raquel Hecker pinta un sr. Spok disparando su pistola contra un monito de caricatura y un diablo de colores chillantes y diseño electrónico.
Visitando la sala Latinoamericana podemos comprobar que dicha temática es compartida por artistas de este lado de la frontera. Enrique Chagoya forma parte del acervo con su obra "Aventuras de los caníbales modernistas" hecha a manera de códice, donde sobre el mismo territorio ejercen sus dotes superhéroes como superman y la mujer maravilla y unos mojados cantan la canción "Corazón de melón".
El formato del códice también es empleado por la artista Carmen Lomas Garza, quien expone en esta ocasión de manera individual. En los espacios que el museo destina a exhibiciones temporales: el vestíbulo y la sala Claire y J. Y. Golden, la artista crecida al sur de Texas, muestra un buen número de sus pinturas naif en gouache con temas costumbristas referentes a la vida cotidiana y religiosa de los migrantes mexicanos, y algunos papeles picados, oficio aprendido de su abuela, a los que ha elevado a la categoría de las artes cultas. Sus temas oscilan entre la anécdota familiar, los usos y costumbres colectivos de la minoría mexicana, y la problemática desencadenada por el choque cultural. Cuadros como: "La curandera", donde se le hace una limpia a una hermana suya enferma; "La tamalada" donde toda la familia participa en la elaboración de los tamales; y "Las pachucas", donde pinta a unas mujeres arreglándose frente al espejo con navajas en el pelo para defenderse de posibles ataques racistas, corroboran la motivación de su arte.
Las enormes láminas metálicas trabajadas a la manera del papel picado, donde los diseños afloran cuando corta con rayo láser el material, son probablemente el trabajo más experimental y de aportación de la artista, ya que sustituye una técnica industrial a un proceso artesanal obteniendo resultados interesantes.
Su obra, al igual que la de los otros artistas mencionados con anterioridad, nos recuerda que dichos territorios de la Unión Americana tienen una nueva configuración racial y cultural que ha incluido no sólo a lo mexicano, sino a lo latino y a otras minorías, en su herencia y configuración. Esperemos que el Museo y el Centro apliquen cabalmente las palabras que han escogido para representarlos y entiendan el arte, y al mismo arte americano, como: "The intersection of civilizations".
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