El archivo de Pinto mi Raya está lleno de materiales cuyo origen he olvidado.  

Somos pepenadores culturales profesionales y, como reunimos materiales casi de manera inconciente y somos un depósito confiable que nuestros colegas nutren cotidianamente, el flujo de materiales es constante. A diferencia de un coleccionista que quiere que su voz se escuche por encima de los objetos que colecciona, nuestro objetivo es crear un coro en el que cada voz encuentre un lugar.

Esta manía de archivo responde a dos impulsos: el deseo de conocer nuestro entorno profesional y las ganas de conservar materiales para que las historias que nos interesan tengan más oportunidades de ser escuchadas.

Tres Hallazgos

Hoy me encontré tres sorpresas en el archivo.

1) La primera es un pequeño periodiquito que se llama FEMINIST ART NEWS.  Es el número de verano de 1980 y el tema central es el performance. Dos de mis pasiones por el precio de una. Se publicaba en la ciudad de Manchester en la Gran Bretaña. De apenas 18 páginas, esta publicación incluye artículos y entrevistas en los que se discuten desde el sexismo en la apreciación del cuerpo femenino en el performance hasta la capacidad subversiva del arte acción.

  No me extraña encontrarlo en el archivo, pero no recuerdo su origen.  Supongo que lo conseguí cuando Víctor Lerma y yo nos fuimos a Europa en 1980 para impartir cerca de 30 conferencias sobre arte feminista y la Generación de Los Grupos. Algún día les platicaré en detalle de ese viaje maravilloso que organizamos contactando a todos nuestros amigos del circuito de arte correo, como Robin Crozier  y Bartolomé Ferrando.

Releo los textos de FAN y no los recuerdo, aunque las ideas de algunas de las colaboradoras, como Gillian Elinor y Kate Walker me son tan familiares que seguramente lo devoré hace casi treinta años y pasaron a ser parte de mi piel.

Pero al llegar a la última página veo la razón que seguramente me hizo agregar este documento al pesado equipaje de libros que ya arrastrábamos. Se trata de una lista de grupos de mujeres artistas. La veo y revivo la envidia que sentí al verla hace casi treinta años. En ese momento no había grupos de mujeres artistas en México y menos aún de arte feminista, aunque empezaron a formarse en 1983.

Entre los grupos de aquellos tiempos están el Leeds Women Artists Group y las Hachney Flashers, un colectivo independiente de fotógrafas feministas y socialistas  que trabajó entre 1974-1980 y se dedicó a realizar proyectos sobre temas como el trabajo doméstico. Una de sus integrantes fue Jo Spence (1934-1992), conocida fotógrafa que dedicó su vida a cuestionar la construcción tradicional de imágenes de la mujer y quien durante casi diez años documentó su proceso con un cáncer de mama que la llevó a la muerte. 

2) El segundo documento que me encontré es Colibrí 2001, el periódico artístico de Olivia de la Torre y Andrés Gonzáles Pagés.  Se trata de una publicación de Cuernavaca, Morelos, que, como consta llegó por lo menos al número 11.  Es una publicación flaquita, de tan sólo 4 páginas. 

Aunque no recuerdo cómo lo obtuvimos, no me sorprende tener este material en el archivo porque termina con un poema visual de mi querida amiga Araceli Zúñiga, autora de la columna De las mutaciones en Escàner Cultural  y promotora, junto con César Espinoza durante 20 años de la Bienal Internacional de Poesía Visual.  Su pieza es un dibujo con las palabras signo de la serpiente la palabra. Al buscar información sobre Olivia y Andrés en la red, el único artículo sobre ellos que encuentro en la red lo escribió Zúñiga. Uroboros. La serpiente se muerde la cola. El círculo es perfecto.

3) El último hallazgo de hoy es el catálogo de la exposición Divertimento, vacilón y suerte. Objetos encontrados. Colección Melquiades Herrera, 1979-1990.

La expo se realizó en el marco del XV Festival del Centro Histórico en la ciudad de México en la Galería de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.  Fue la primera vez que vi reunida la colección de objetos de Herrera y me reí toda la exposición.  Melquiades (1949-2003) tuvo un ojo maravilloso para encontrar y coleccionar los objetos más sorprendentes.  Era una mi2rada educada tanto en el arte como en la cultura popular.  Trae una dedicatoria escueta: para Mónica Mayer de Melquiades, 99". 

 A la muerte de Melquiades, su acervo terminó en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP), de donde el performancero fue maestro muchos años.  Desde la exposición que le hicieron cuando murió, que yo sepa (y he estado muy atenta), no se ha hecho nada con ese material.  

Hace algunas semanas nos visitó la curadora Sol Henaro, quien realizó Un peatón profesional, Melquiades Herrera, la mejor exposición que he visto de Melquiades. Fue en La Celda en el Claustro de Sor Juana en 2004. 

Actualmente Sol está haciendo la curaduría de la sección del No Grupo (México 1977-1983) para la Trienal de Chile 2009, por lo que obtuvo permiso para acceder a este material. 

Por lo que nos platicó y por lo que escribe en su blog Procesando info:::: arte contemporáneo, el material sigue en cajas, sin clasificar y su estado deja mucho que desear.  Ojala la ENAP  pronto se dé a la tarea de conservar y clasificar este material adecuadamente o, si no le es posible, que se lo pasen a alguna otra instancia en la UNAM, como el Museo Universitario de Arte Contemporáneo. 

Y me quedo con la inquietud ¿Y qué será de nuestro archivo el día que Víctor y yo nos petatiemos? ¿Hay alguna institución nacional dedicada al arte contemporáneo con la capacidad y la voluntad política de cuidar este tipo de acervos?  ¿O acabará, como suele suceder, perdido o en alguna universidad en Estados Unidos?