ESCANDALARIO por Alberto Híjar

Escrito por  Alberto Híjar 12 Sep 2006

ESCANDALARIO

 Alberto Híjar.

    Comentar Escandalario, los artistas y la distribución del arte  de Mónica Mayer es una oportunidad perdida de manifestarle admiración por su constancia crítica deliberadamente sencilla y directa para facilitar la comprensión de todos. Nombre fallido de un proyecto no consolidado, Escandalario resulta una prueba triunfante de firmeza transgresora y claridad ética.

    Sucede que el mismo día 21 de julio y a la misma hora de la presentación en el exTeresa, debo acompañar a Julio Pliego en la presentación de su película Los días terrenales: José Revueltas donde da cuenta de la indeclinable posición vital del legendario comunista sin partido. La película termina con el entierro de revueltas interrumpido por la presencia del entonces Secretario de Educación Pública Víctor Bravo Ahuja, recién salido del clóset con el pelo pintado de rojo. Martín Dozal, compañero de celda de Revueltas, lo corrió con tronante discurso celebrado por la concurrencia sesentayochera. Hoy, Martín Dosal, convaleciente de grave enfermedad, acompaña la presentación de la película y yo debo rendir honores a todos en función de la exposición Arte y Prisión: efectos secundarios con la obra y documentos de Siqueiros y los de Jacobo Silva y Gloria Arenas, sentenciados a 49 años 6 meses de prisión como prueba de generosidad jurídica que no les aplica la pena máxima de 50 años. Debo vigilar el no caer en la tentación conmiserativa ni autocomplaciente. ¿Qué tiene que ver esto con Escandalario?.

     Nos parecemos en que deseamos escandalizar y no lo conseguimos. Bueno sería unir la imaginación organizada y registrada en el libro, con las urgencias de las luchas libertarias directamente políticas, hasta constituir un solo movimiento. No es esto una utopía y en todo caso, lo es el sentido explicado por Hinkelammert y por Galeano como exigencia de hacer posible lo que parece imposible. No somos pocos los que andamos por este camino aparentemente terminado, sólo para descubrir que hay que seguir, que todavía falta. Para eso sirve la utopía dice Galeano, para caminar.

    Mónica y Víctor Lerma han caminado encontrando metas volantes. Superaron la etapa contestataria del Balcón del CENIDIAP cuando jugaron con la ambigüedad en la Torre de Investigación del CNA y el verbo balconear, sinónimo de denunciar y acusar. Me sentó Mónica en un escritorio para convertirme en burócrata, mientras desarrollaba un exorcismo para limpiar el Centro de malos espíritus, de las rutinas fatigadas resultantes en cegueras y sorderas ante los modos de significar y comunicar no convencionales y no institucionales.

    Hemos simpatizado por esto, pero como que la cuestión del poder nos separa. De aquí la urgencia del encuentro. Urgencia política ante la conducción de la multitud defraudada que escucha las consignas ocurrentes y banales de Jesusa Rodríguez, Carlos Monsivais y otros ocasionistas que unos días aceptan favores estatales y otro arengan multitudes en busca de línea política. Urgencia estética por que es necesario incorporar a más al combate a muerte contra el racionalismo autoritario, cibernético y empresarial globalizador, para organizar regiones libertarias con signos convincentes para significados liberadores. Entre las fotos seleccionadas con esmero en Escandalario, hay dos de obras de Rini Templeton, ese ejemplo de producción de signos bellos al servicio de las luchas populares que los siguen utilizando.

    El ambicioso proyecto de unidad político-estética, a la manera de la dimensión estética  de  Marcuse, exige la disciplina estricta de quienes como Mónica y Víctor superan la denuncia contestataria al probar que se puede y se deben documentar las transgresiones al arte estatista institucionalizado. Esta documentación contribuye a pensar y actuar para la extinción del estado, de por sí en proceso acelerado de descomposición. Las precisas ilustraciones de Escandalario incluyen a Víctor Lerma procesando diario lo publicado en los diarios. Trabajo arduo con frutos al alcance de quien necesite información que no encontrará organizada en institución estatal alguna.

    Es necesario concretar, ir más allá de museos y galerías así sean de autor y de performances con audiencia especializada, pero también de la fatiga carnavalesca de los animadores de marchas y plantones. Hace años, en el esplendor del EZLN, un grupo de jóvenes de negro instalaban una exposición transportable donde paraban las marchas y comentaban las imágenes con los atraídos por las vestimentas, los penachos, los tatuajes y los piercings. Aquella Juventud Antiautoritaria Revolucionaria incubó la Unión de Trabajo Autogestivo que satisface ahora una necesidad en el Centro Histórico, luego de ser desalojados de su primer local en Donceles y Argentina para abrir el de San Jerónimo 21, cerca del Claustro de Sor Juana. Sueña El Estopaz con exposiciones y hace performances y teatro-guerrilla con el excelente grupo Alebruxos, organiza tocadas con grupos ajenos a la industria del espectáculo y sobre todo, ofrece un remanso a los jóvenes sin dinero para un café Starbucks, deseosos de una chela entre los cuates. Pronto tendrá la UTA otro lugar en Garibaldi, zona bronca si las hay. Los fetichizadores del Bronx están convocados.

    Quienes trabajamos en el Taller de Construcción del Socialismo reivindicamos el sentido práctico de la teoría. Aplaudimos la liquidación práctica del teoricismo como especulación ociosa e inútil, al igual que ocurre en el discurso de Escandalario. Pero queremos mantener algo así como lo hecho hace unos tres años por SR-30 al reunir artistas teóricos y publicar sus reflexiones. (Por cierto que la compañera clave en SR-30 se llama Karla y no Karina). Contribuye Escandalario a la memoria de esto, pero resulta insuficiente, tanto como el uso de cantinas y cabaretes como soportes de mesas redondas y presentaciones para probar que nos da vergüenza la teoría, que los profesionales de ella debemos intentar ser ocurrentes para competir sin lograrlo con los imaginativos transgresores de la significación. ¡Ah!, si pudiéramos coincidir, si los diplomados de Maris Bustamante procesaran nuestras investigaciones, si las redes internacionalistas construyeran el otro mundo distinto al de la máxima ganancia y los crímenes de estado, agonizaríamos gozosos los que armamos los grupos de los setenta con todo y su militancia política y su capacidad gráfica, mural, ambiental e instaladora.

    Escandalario vive, la lucha sigue, apunta a la dimensión estética plena asequible para y por quienes informan, documentan, ilustran en sentido amplio con fotos, imágenes variadas y ejemplares y no para llenar huecos a lo güey.

    El gran huecote significante de la disolución del Estado opresor y represor con instituciones y proyectos autogestivos, va llenándose con obras como las de Mónica Mayer y Víctor Lerma. Sus tristes admiradores queremos emularlos, aprender de su ejemplo y ofrecerles las seguridades de nuestra más alta y distinguida estimación, como dice la antefirma de los burócratas.

 

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