Una barrabasada en el MUCA Roma

Escrito por  Fernando Islas 25 Abr 2006

Hace ya un buen rato que existe una especie de primer y único axioma en el panorama del arte: “todo es arte”, frase coqueta y reveladora que no hay que confundir con “arte es todo”. Y lo sabemos de sobra, ya todo puede ser arte: pilas de periódicos dispuestas en una sala, grabadoras colgadas sobre una pared verde pistache, en fin; diversos productos asociados con los usos y costumbres cotidianos son trasladados a una galería o museo con el objetivo permanente de “cuestionar algo”. Teresa del Conde decía que desde Duchamp, cualquier pepenador es poeta. En efecto, el verso libre revolucionó la hora cero de la poesía, por lo que muy pocos se interesarían hoy en día en escribir octavas reales, o por lo menos saber de ellas, si acaso. Ciertamente todo se desarrolla de acuerdo al momento histórico y su cosmovisión, será por ello que en los tiempos actuales nos topamos con la peculiaridad de lo inmediato, de la velocidad acelerada. Si hoy en día es normal que las pizzas lleguen a casa en media hora, el arte, en algunos casos, se cocina con la receta del rompimiento rápido. O dicho de otra manera, desde que la levedad se confunde como sinónimo de vacío, el rigor intelectual ha sido desplazado por la ocurrencia de ocasión.

Dentro de este contexto, tercerunquinto es un colectivo regiomontano integrado por los artistas Julio Castro Carreón, Gabriel Cázares Salas y Rolando Flores Tovar. Entre otras cosas, este colectivo alza muros entre ventanas, sobre las banquetas y parte de las calles, o columnas falsas en medio de una sala de exhibición. Sus integrantes se las ingenian para hacer de la vida doméstica un tortuoso examen: inventan aparatos para trabar puertas, en unas escaleras mandan hacer pasamanos que pueden provocar un accidente, sobre un marco determinado de una casa colocan puertas más angostas. Como se ve, los tercerunquinto gustan alterar la vida ordenada, hacen y deshacen a placer sin sufrir las visitas de los auditores en materia de obra civil, cuando de proyectos para alteraciones arquitectónicas se trata.

En lo que creo es su más reciente exposición, en el MUCA Roma, este trío de compadres ha convertido las salas de la casona de la calle de Tabasco en bodegas para los comerciantes de la zona. En eso invierte esta sede universitaria sus recursos humanos y materiales. Para el caso, al vigilante en turno le da igual cubrir su horario burocrático ya sea para cuidar cuadros, televisiones y video caseteras, que el aire de las salas de esta galería unameña. Por mi raza hablará el espíritu conceptual. Con un poco de suerte, el espectador encontrará eso, bodegas que contienen muebles, diablitos... diversos productos. En una de malas, si no todas, sí la mayoría de las salas se hallarán completamente vacías, cerradas con una puerta de alambre para poder apreciar esta alteración al “escaparate cultural que generalmente define al museo”, pero con candado, por aquello de la delincuencia, pienso yo. Desgraciadamente, la única manera de apreciar a cabalidad la MUCA bodega es en las noches, cuando todas las áreas de la UNAM cierran al público.

Por donde se vea, la obra resulta una barrabasada. Poner y quitar, guardar y sacar cosas con la pretensión de generar un “intercambio comercial dentro de un marco cultural” está más cerca de la taquicardia creativa que de la bandera de la transgresión que habitualmente ondea en muchos de los puertos del llamado arte globalizado. ¿Será irónica o inocente la actitud de este colectivo? Quién sabe. Pero no se extrañe nadie si algún espectador se da de topes contra la pared luego de visitar esta bodega, eso sí, con la pintura de las paredes raspada.

Como breviario cultural, los tres tristes artists de tercerunquinto cuentan con gran fortuna. Han recibido becas, reconocimientos y exhibido su arte en bienales y colectivas en el extranjero. Ningún currículum es garantía de calidad, pero no importa porque para eso está el espectáculo del arte, siempre y cuando continúen devanándose los sesos para generar este tipo de proyectos saca de quicios.     

(tercerunquinto exhibe su bodega hasta el 21 de marzo en el MUCA Roma. Tabasco 73, entre Mérida y Frontera, Colonia Roma).

 

Fernando Islas 

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