Pero no nos equivoquemos, los tiempos son otros. Hoy, la resistencia en el arte, al igual que SITAC, crecen bajo el amparo de una sociedad civil organizada en grupos como el Patronato de Arte Contemporáneo AC (PAC) que organiza el foro y con el patrocinio de fundaciones de empresas como Televisa y Bancomer e instituciones como Conaculta. Y no lo critico. Observo, trato de analizar lo que sucede y aplaudo el interés que este emprendedor grupo de galeros, historiadores, curadores, coleccionistas, empresarios y promotores han logrado despertar: el teatro de los Insurgentes, donde se lleva a cabo SITAC, estaba a reventar. Tampoco pierdo de vista que RESISTENCIA es una palabra que encuentra en la cultura en México muchas más definiciones de las que se podrán tratar en un foro de esta naturaleza.
SITAC se ha convertido en un espacio importante a nivel nacional. Aparte de encontrarme a un montón de artistas, académicos y promotores chilangos, y no sólo los dedicados a géneros como el video, la instalación y el performance, sino incluso pintores, también encontré amigos y colegas de Estado de México, Puebla, Nuevo León, Yucatán, Michoacán, Morelos, Veracruz, Oaxaca y Chihuahua. SITAC tiene un poder de convocatoria impresionante. Y había muchos, muchos jóvenes.
Uno de los atractivos de este SITAC, es que, como plato fuerte del primer día, se presentaron figuras tan reconocidas en el ámbito internacional como Yves Michaud y Hal Foster, cuyos textos nos han acompañado durante décadas. En la primera mesa, coordinada por Cuauhtémoc Medina, también hubo ponencias de María Inés García Canal, Guiseppe Patella y Boris Groys. Ni de relajo trataré de resumir de lo que hablaron estas eminencias. Las ideas aún giran en mi cabeza sin orden. Pero el año próximo seguramente podrán consultar las memorias y leer todo con calma, despacito. Algo que me dio mucho gusto es que cada SITAC aparecen las memorias del anterior, cosa que, desafortunadamente no sucedió con FITAC ni sucede en muchos encuentros académicos.
Sin embargo algunas palabras parecen resistirse al olvido: memoria, tiempo, contexto, deseo, exclusión, diferencia, reacción, generar, esperanza, futuro, plataformas y poder. Y las preguntas se me agolpan en el cerebro: ¿Que implica resistir en una época llena de ambigüedades y contradicciones como la nuestra? ¿Resistir para cambiar uno, resistir para cambiar al otro, resistir para sobrevivir? ¿Resistir para generar nuevas propuestas o para rescatar las que han sido olvidadas, ignoradas, desatendidas? ¿Es posible resistir sólo desde el arte sin dar la batalla en la sociedad?
Algo que me ha dado un gusto particular de este SITAC es que lo dirige Issa Benítez, a quien conocí hace años cuando estaba haciendo su tesis de licenciatura en la Ibero. Después se fue a España a seguir estudiando. Me encanta porque su trayectoria cada vez es más sólida y esto se ha reflejado en la manera que ha planteado este foro. Y me parece interesante que sea este, el foro dedicado a la resistencia, el primero dirigido por una mujer. Tanto FITAC, como SITAC, siempre habían sido dirigidos por hombres.
SITAC. DÍA DOS. LOS ARTISTAS
El segundo día del Simposio Internacional sobre Teoría del Arte Contemporáneo los artistas tomaron la palabra y el tono cambió. Se acabaron las ponencias formales y se afianzó el discurso visual. El YO se vuelve más contundente: yo hago esto, yo pienso lo otro. A través de sus obras y sus palabras, los artistas abordan la resistencia, el tema central de este foro, de manera más tajante.
La primera intervención fue de Gustav Metzger, quien nació en Nuremberg en 1926 y radica en Inglaterra desde 1939. Su trayectoria es larga y su influencia profunda. En los sesentas y setentas desarrolló el concepto del arte auto-destructivo. Curiosamente, su plática, titulada Ética, estética y biotecnología, giró en torno a los peligros actuales de la humanidad, cuya capacidad de auto-destrucción parece no conocer límites.
Metzger centró su participación en los riesgos de la biotecnología, aunque también se refirió a otros, como la contaminación. Planteó diversos problemas: ¿Qué hacemos los artistas ante lo desconocido? ¿Cómo enfrentamos este, el siglo de la genética, en el que probablemente se alterará la sustancialidad de la naturaleza sobre la que el arte estaba basado? Habló de la necesidad de actuar, de la importancia de la ética, incluso en el arte. Afirmó que los artistas que utilizan la tecnología deben entender la realidad de la ciencia.
La participación de Metzger fue telefónica: no sacó sus documentos para viajar a tiempo. Sin embargo sus imágenes sí llegaron y su plática telefónica estuvo bien ilustrada.
El banquete matutino continuó con la participación del artista Antoni Muntadas, que abordó temas como la cultura de la paradoja y las formas en la que las estrategias de la economía se reproducen en todos los ámbitos. A diferencia de Metzger, Muntadas estuvo presente, aunque gran parte de su participación fue silenciosa, pues nos bombardeó visualmente con una selección de imágenes que hilaban una reflexión sobre estos temas.
Después llegó el suizo Thomas Hirschhorn y habló a fondo de su pieza Bataille Monument que presentó en la Documenta 11 el año pasado. El proyecto de Hirschhorn consistió en entablar una relación con la comunidad en Kassel en la que colocó su monumento, convencerlos de apoyarlo y después construyó una biblioteca, una exposición, una cafetería, un estudio de televisión y una escultura. Todos estos elementos conformaron un tipo de monumento alterno, efímero, vivo. Hirschhorn recalcó que hacer cualquier tipo de arte es sí mismo es una forma de resistencia.
Releo los párrafos anteriores y me pregunto: ¿Se pueden resumir en dos cuartillas seis horas de ponencias? ¿No le ha pasado que sale de una conferencia y al platicar con otros asistentes se da cuenta de que cada quien escucha lo que puede? ¿Cómo transmitir todo lo demás que sucede en estos eventos: la energía del público, las grillas, los encuentros y los desencuentros?
En la mesa de la tarde participaron Daniel García Andujar y Ole Bouman. El primero tiene una empresa que se llama Technologies to the people. Presentó algunos de los productos que han desarrollado. Uno de ellos es una maquinita para tarjetas de crédito/débito para indigentes: en una Europa en la que cada vez se utiliza menos el efectivo es difícil ser pordiosero.
Por su parte, Bouman tiene, entre otras cosas una revista que se llama Archis (http://www.archis.org). Su proyecto es llamativo, interesante, con una cierta ironía sabrosa. Pero en términos de resistencia, me da la impresión de que él y varios artistas en este SITAC, no van más allá de una amable resistencia al mainstream. Hoy también hay resistencia light. ¿Será mejor para la salud?
SITAC, EL FINAL
La última sesión del Tercer Simposio Internacional sobre Teoría del Arte Contemporáneo fue sobre México. En esta mesa participaron Alberto López Cuenca (Málaga), Anton Vidokle (Rusia) y Francisco Reyes Palma (México). Menciono las nacionalidades porque me sorprendió que habiendo tantos expertos que hubieran podido aportar a la discusión los distintos niveles de resistencia que se dan en todos los estratos del arte contemporáneo en México, se favoreció una visión externa.
López Cuenca presentó un panorama general del proceso del arte mexicano en las últimas dos décadas hasta su inserción en la escena internacional, preguntándose qué tipo de resistencia se plantea este arte y a qué necesidades del mercado responde. Antón Vidokle habló de su proyecto Nuevo que consistió en pintar de rojo uno de los edificios modulares de las oficinas del Sistema de Transporte Colectivo.
A mí francamente me parece extraño que los invitados a hablar sobre la resistencia en México no conozcan el tema a profundidad, como ambos demostraron en sus ponencias. Me pareció significativo que los responsables del a organización de SITAC estén tan clavados en su propio grupo, que no se dan cuenta que hay muchos críticos, curadores e historiadores/as que bien podrían hablar de las múltiples resistencias artísticas que se han dado y se dan constantemente en este país, incluso las que se oponen a sucumbir ante los criterios de lo que es o no arte actual según las normas impuestas por la globalización. O de las alianzas que hay entre artistas internacionales con alianzas definidas con movimientos políticos en México. Para muestra un botón: el trabajo que han estado desarrollando Coco Fusco y el grupo de las Mujeres de Negro con las organizaciones civiles que están luchando por lograr justicia en el caso de los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez. Quizá no debería de sorprenderme: si dos de las exposiciones que se inauguraron en forma paralela a SITAC en la Sala de Arte Público Siqueiros y en la galería Enrique Guerrero fueron de Santiago Sierra, artista que se ha caracterizado por el éxito que ha obtenido explotando a los explotados a manera de espectáculo ante los explotadores, era ingenuo esperar una visión más profunda de la resistencia.
Francisco Reyes Palma presentó un panorama más amplio de los procesos de resistencia en el arte en México. Recorrió distintos momentos de la historia del arte oficial, subrayando la lucha entre las ideas de los grupos establecidos y las nuevas propuestas. Él trazó un panorama lleno de matices desde el punto de vista de quien observa, no de quien trata de imponer su visión y abundó sobre lo que él llama la resistencia blanda.
Sin embargo, las palabras que se me quedaron grabadas en la primera mesa: memoria, tiempo, contexto, deseo, exclusión, diferencia, reacción, generar, esperanza, futuro, plataformas y poder, aquí no hicieron eco. Nuestra desmemoria es enorme y los esfuerzos por rescatar las historias paralelas, las de la resistencia, han resultado insuficientes. Aquí cada quien ve el contexto que quiere y plantea su capacidad de resistencia en función de su propia resistencia sin voltear a ver al vecino o a quienes uno a su vez oprime o reprime. Los excluidos siguen tan excluidos que ni siquiera nos damos cuenta que no están. El único deseo detrás de la resistencia es la supervivencia. Las diferencias siguen siendo tan marcadas que ni siquiera podemos ver al otro. Hay que reaccionar a tantas injusticias que ni siquiera da tiempo de actuar. Después de tantos años en crisis la esperanza es un lujo que sólo pocos pueden darse, futuro es una palabra que asusta, nuestras sociedades están tan atomizadas que es imposible pensar en plataformas y el poder, el verdadero, se ha vuelto total y está en manos de un loco.
Por este año SITAC terminó. Para recordarlo guardaré las reliquias de una obra de María Alós que se llevó a cabo a lo largo del simposio, cuando cada día le pedía al público responder a preguntas como ¿Se puede transformar la institución desde adentro?, ¿Cuando la resistencia triunfa es asimilada y se convierte en institución? Y ¿Usted cree que cuando la resistencia triunfa, es consecuentemente asimilada y se convierte en algún tipo de institución? Si la respuesta era positiva nos ponía una pulsera de papel de un color en el puño. Y si era negativa de otro.
Y les debo la crónica del verdadero SITAC, aquel que ocurre tras bambalinas en el que se hacen contactos, que surgen amistades e incluso amores. El SITAC que sirve a un grupúsculo bien organizado de curadores, galeros y artistas nacionales e internacionales para promover sus productos. El SITAC conformado por el Buffet-Cocktail ofrecido por el INBA en la Terraza de Bellas Artes o los que hubo en casa de Patricia Sloan y en el Museo Tamayo, las visitas a las galerías Nina Menocal, Garash, MUCA ROMA y al Laboratorio de Arte Alameda, las comidas diarias en el Restaurante Los Alfajores y la fiesta de clausura de SITAC en casa de César Cervantes en el Pedregal. Este año, por cuestiones de trabajo, me lo perdí.
Mónica Mayer
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